Boccaccio centra su Decamerón en las afueras de Florencia
durante la peste 1348. Para huir de la epidemia, siete jovencitas y tres jóvenes,
pertenecientes a la burguesía, se encierran en una casa de campo lejos de la
ciudad y se imponen el juego de relatar cada uno de ellos un cuento a lo largo
de cada día, exceptuando los de respeto religioso. De esta suerte, en diez días
(deca, «diez», hemera, «día») se narran cien cuentos. Cada jornada va presidida
por aquél o aquélla que es elegido rey o reina del día y éste puede imponer el
tema en el que se centrarán los cuentos. Todos, a excepción de Dioneo, seguirán
el plan establecido.
Los temas estarán centrados en: el amor y lo erótico como
algo natural, la inteligencia humana, la fortuna y locus amoenus.
La importancia del Decamerón es, en gran parte, debido a su
muy cuidada y elegante prosa, que estableció un modelo que imitar para los
futuros escritores del Renacimiento.
Pero quizá la verdadera esencia del Decamerón sea la
alegría. Esta obra se ha escrito para provocar la risa en las personas
inteligentes. Boccaccio no tiene una actitud moral frente a la vileza de los
protagonistas; le divierten precisamente por ser tal como son y por nada del
mundo quisiera que se corrigieran, pues al fin y al cabo sabe que todos ellos
tienen un sitio reservado en el infierno. Boccaccio pretende suscitar la risa,
y para ello busca lo cómico y lo ridículo en la ignorancia y en la maldad, y lo
hace con completa conciencia artística, sin embargo, como dije antes, siempre
usa para ello un lenguaje elegante.
PERSONAJES
Aparece en la
obra un amplío abanico de personajes: nobles y plebeyos, mercaderes y
campesinos, históricos y ficticios… Por un lado encontramos los diez
personajes-narradores, y por otro, los personajes de los relatos, en los que
destacan las figuras femeninas, activas, inteligentes y desenvueltas.
Constituyen una auténtica réplica a la figura femenina pasiva, idealizada e
irreal de la tradición. En estas mujeres superan con su ingenio situaciones
arriesgadas, burlando, si es necesario, al hombre. La mujer se equipara al hombre al tener acceso a los placeres de la
vida, al amor, la libertad y la aventura. Los narradores tienen nombres simbólicos.
EL
TIEMPO
Se diferencia el tiempo externo del marco de los narradores, los diez días durante la peste, del tiempo interno de los relatos, de manera que la obra adquiere realismo y vitalidad.
Las circunstancias descritas en el Decamerón son
susceptibles de una interpretación alegórica influida por la numerología
medieval. Por ejemplo, se cree que las siete jóvenes mujeres representan las
cuatro Virtudes cardinales y las tres Virtudes teológicas (Prudencia, Justicia,
Templanza, y Fortaleza; Fe, Esperanza, y Caridad), y se supone que los tres
hombres representan la división tripartita griega tradicional del alma (Razón,
Apetito Irascible, y Apetito Concupiscible). El mismo Boccaccio indica que los
nombres que dio a estos diez personajes son de hecho seudónimos «elegidos
apropiadamente de acuerdo a las cualidades de cada uno». Los nombres italianos
de las siete mujeres, en el mismo orden significativo según el texto original
son: Pampinea, Fiammetta, Filomena, Emilia, Laureta, Neifile, y Elissa. Los
nombres de los varones son: Panfilo, Filostrato, y Dioneo.
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